¿Qué es diversificar y cómo llevarlo a la práctica?

No poner todas las inversiones, ni todo el ahorro en el mismo tipo de activo. Un poco en cada canasta es clave para reducir el riesgo y mejorar los rendimientos a mediano plazo.

Así como llevamos ropa liviana y un abrigo por encima cuando el clima está inestable… algo parecido debemos hacer cuando la economía no nos da pistas concretas de por dónde irán las principales variables en los próximos meses. Y claro que eso en la Argentina sucede con demasiada frecuencia!
Pensar estrategias que cubran nuestro patrimonio ante diferentes escenarios posibles. A eso en finanzas se lo conoce como DIVERSIFICAR.

No podemos quedarnos quietos ni tranquilos pensando que, por ejemplo, el tipo de cambio está estabilizado y focalizarnos solo en cubrirnos de la inflación. O descansar en la idea que tal o cual sector de la economía tiene los mejores pronósticos de recuperación y poner ahí todos nuestros recursos. “La diversificación reduce el riesgo y permite equilibrar el rendimiento de la cartera de inversiones, entendida esta como el conjunto de instrumentos financieros que mantiene el inversor (acciones, fondos, depósitos bancarios, bonos, etc.)”, explica un trabajo de BBVA España sobre Finanzas para no Financieros.

Una cartera de inversiones puede diversificarse de muchas maneras. Siempre de acuerdo al tipo de riesgo que quiera asumir el inversor y al horizonte (plazo) durante el cuál piensa mantener esos fondos colocados.

Se puede diversificar por:

• Países/regiones
• Monedas
• Tipo de activos: renta fija (como bonos u obligaciones negociables) y renta variable (acciones, Cedears)
• Sectores de la economía : consumo masivo, tecnología, productos primarios, petróleo y gas, etc, etc
• Plazos

Para quienes no tienen experiencia en el Mercado de Capitales la diversificación puede no parecer tan sencilla. Lo mismo sucede cuando el capital a invertir no es muy grande. Se complica ahí poner “los huevos en diferentes canastas” como se dice habitualmente.

La oportunidad de tener, de todos modos, una estrategia diversificada, existe. ¿Cómo? Valiéndose de los Fondos Comunes de Inversión (FCI) que son la herramienta ideal para repartir la inversión.

Para un inversor moderado, que se debate actualmente entre ir por instrumentos que ajusten por inflación aprovechando la estabilidad del dólar, o volcarse directamente a la moneda norteamericana para cubrirse de un eventual nuevo salto en la cotización, un FCI que contemple todas estas variable en su política de inversión es una buena alternativa.

WINA cuenta para este perfil de inversores con el fondo Allaria Diversificado. El fondo está dirigido a inversores con un perfil medio de aversión al riesgo y cuyo objetivo sea el crecimiento de capital a mediano/largo plazo.

Allaria Difersificado tuvo un muy buen recorrido en 2020: El año pasado la inflación totalizó 36,1% según datos oficiales del INDEC; el plazo fijo tuvo un rendimiento promedio de 36,9% y el FCI registró a lo largo de los 12 meses una ganancia de 77,8%.

Claro que nunca, en ningún activo, el comportamiento o la performance pasada garantiza el movimiento a futuro. Pero si es una muestra de la gestión de los portfolio managers a cargo de la administración del fondo.

Para invertir en cualquiera de los FCI de WINA basta con abrir una cuenta y arrancar con una inversión mínima de $1.000. El plazo de liquidación, es decir el tiempo que pasa entre que se pide el rescate de las partes y el dinero está en la cuenta bancaria del inversor depende del tipo de FCI. En el caso del Diversificado, el plazo es de 48 hs.